» PRIMEROS SIGNOS DE VIDA EN MÓNACO

Se remontan a 300.000 años antes de Cristo. La protección que aportaban la roca así como del puerto natural , atrajeron a numerosos pueblos: Ligures, Fenicios, Griegos, Romanos... La historia moderna de Mónaco ha sido fuertemente marcada por la familia Grimaldi, que reina sin interrupción el Principado desde el siglo XIII. Desde 1861, Mónaco es un Estado independiente.


» PREHISTORIA
La roca de Mónaco sirvió de refugio para los primeros habitantes de la región a partir del fin del Paleolítico, alrededor de 300.000 años antes de Cristo. Algunos restos de huesos de animales que sirvieron de alimento para estos hombres prehistóricos han sido encontrados en una cueva de los jardines de Saint-Martin. Otras excavaciones también han revelado la presencia de una cuenca en la cueva del Príncipe. La presencia humana es atestiguada en el Paleolítico Medio (50.000 A.C.) y en el Paleolítico Superior (20.000 A.C.). A partir de 1.500 A.C., se realizaron las primeras trazas de obras de arte (grabados y esculturas) en las cuevas. Las sepulturas funerarias, individuales o colectivas, empezaron a ser más numerosas. Las sepulturas de los primeros Grimaldi son de esta época, y contienen los restos de una mujer y de un adolescente.


» ANTIGÜEDAD
Según el historiador Diodoro de Sicilia y el geógrapho Estrabón, los primeros habitantes sedentarios eran Ligueres que emigraron desde Génova, Italia. Sin embargo, el antiguo idioma ligur, no proveniente de las lenguas indoeuropeas, no estaba relacionado ni a la lengua italiana hablada hoy en día por los abitantes de Liguria, ni al monegasco moderno. Este avance hacia Mónaco permitió la apertura marítima del pueblo ligur, situado en el interior de las tierras.

Los Fenicios de Marsella (entonces Massalia) fundaron la colonia de Monoïkos en el siglo VI A.C. en lo que ahora es Mónaco. Monoïkos se asociaba a Hércules, adorado bajo el nombre de Hércules Monoecus. Según los trabajos de Hércules, pero también según Diodoro de Sicilia y Estrabón, los Griegos y los Ligueres confirman que el propio Hércules pasó por la región.

Después de la Guerra de las Galias, Monoecus, donde Julio César se detuvo cuando se dirigía a Grecia, pasó a ser controlado por los romanos en el seno de la provincia de la Galia narbona. En La Eneida (VI.831), el poeta Virgilio ya mencionaba la roca de Mónaco. El gramático Maurus Servio Honorato afirma que el término Mónaco deriva de este origen: 'dictus autem Monoecus vel quod pulsis omnibus illic solus habitavit' («Hércules desestimó a todos los habitantes y vivió allí solo») y 'vel quod in eius templo numquam aliquis deorum simul colitur' («en su templo, ningún otro dios es venerado en el mismo instante»). El nombre del puerto de Mónaco también se menciona en la Historia Natural de Plinio el Viejo (III.V) y Tácito Historiae (III.42) cuando el emperador Valente fue obligado a desembarcar: 'Fabius Valens e sinu Pisano segnitia maridos aut adversante vento portum Herculis Monoeci depellitur'.


» EDAD MEDIA
Mónaco quedó bajo dominio romano hasta la caída del Imperio Romano Occidental en el 476 D.C.. Entonces fue ocupado y devastado por los Sarracenos y diversas tribus bárbaras. Mientras que Mónaco fue prácticamente despoblado, los Sarracenos fueron expulsados en 975, y en el siglo XI, la zona fue invadida otra vez por los Ligueres.

En 1191, el Emperador romano germánico Enrique VI concedió la soberanía de Mónaco a la ciudad de Génova, Italia, de donde eran originarios los Ligueres. El 10 de junio de 1215, la separación de los Gibelinos llevada a cabo por Fulco del Cassello, desencadenó la construcción de una fortaleza en la roca de Mónaco. Esta fecha marca el principio de la historia moderna del Principado de Mónaco.

Mientras que los Gibelinos habían construido su propia fortaleza como posición estratégica militar y como medio para controlar la región, construyeron casas en la base de la roca con el fin de soportar el peso. Para atraer a los habitantes de Génova y de las ciudades de los alrededores, les ofrecieron tierras y quedaron libres de impuestos.

El príncipe de Mónaco disponía de poderes plenos (monarquía absoluta) hasta la ortorgación de la Constitución de 1911, que hacía de Mónaco una monarquía constitucional. En julio de 1918, un tratado que acordaba la protección limitada del Principado por parte de Francia fue signada entre los dos países. El tratado forma parte del Tratado de Versailles y establece que el pequeño Estado tendrá que seguir los intereses políticos, militares y económicos de Francia.

» HISTORIA RECIENTE
El Príncipe Rainiero III accede al trono después de la muerte de su abuelo, el Príncipe Luís II (de hecho el estadio de Mónaco lleva su nombre), en 1949. Una nueva constitución es redactada y aprobada en 1962, en la que se abolece la pena de muerte, se autoriza el voto femenino y se establece una corte suprema que garantiza las libertades fundamentales.

En 1982, el Principado está de luto por la muerte de la Princesa Grace de Mónaco, esposa de Rainiero III y madre del actual Príncipe de Mónaco (Alberto II), víctima de un accidente de carretera en lo alto de Mónaco, en la misma carretera donde había rodado la película Atrapa a un ladrón. Su hija Estefanía sobrevivió al accidente.

En 1993, Mónaco deviene oficialmente miembro de las Naciones Unidas.

En 2004, el Principado de Mónaco se une al Consejo de Europa después de numerosas negociaciones y de una modificación de la ley electoral haciendo representación sistemática del Consejo Nacional de la oposición por un sistema de votación con el componente proporcional.

Tras la muerte del Príncipe Rainiero III, el 6 de abril de 2005, su hijo Alberto II (nacido en 1958), hasta el momento príncipe heredero y marqués de Beaux, se convierte en Príncipe soberano. Las ceremonias marcando su adhesión tuvieron lugar el 12 de julio de 2005; los de su inducción oficial, 19 de noviembre 2005.